lunes, 28 de julio de 2008

A la muerte de Federico , de Antonio Machado

MUERTE

Se le vio, caminando entre fusiles
por una calle larga,
salir al campo frío,
aún con estrellas, de la madrugada.
Mataron a Federico
cuando la luz asomaba.
El pelotón de verdugos
no osó mirarle a la cara.
Todos cerraron los ojos;
rezaron: ¡Ni Dios te salva!
Muerto cayó Federico
sangre en la frente y plomo en las entrañas
Que fue en Granada el crimen,
sabed, ¡pobre Granada!, en su Granada.

Antonio Machado

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